jueves, 10 de junio de 2010

Esto lo cambiará todo

Fuente http://lacomunidad.elpais.com/apuntes-cientificos-desde-el-mit/category/visiones-futuro Esto lo cambiará todo Uno de los comensales con quien almorcé ayer domingo se quejaba de haber dormido poquísimo la noche anterior y tener mucho sueño. “Eso es que llevas mucha adenosina acumulada y le está mandando una señal a tu hipotálamo para que deje de segregar histaminas y las otras sustancias químicas que te mantienen alerta” le dije recordando el artículo del National Geographic que había leído por la mañana. “Entre la falta de descanso y el mezcal que te estás tomando pronto llegarán las alucinaciones”, siguió en tono jocoso otro de los presentes. “De hecho”, proseguí yo, “el reportaje decía que el efecto de no dormir durante 24 horas equivale a 3 chupitos de whiskey a la hora en impedimento cerebral. Pero lo que más me sorprendió es que literalmente puedes llegar a morir por no dormir; existe una enfermedad genética rara llamada Insomnio Familiar Fatal (FFI), en la que proteínas malformadas llamadas priones empiezan a atacar el tálamo del paciente provocando imposibilidad de dormir y su ulterior fallecimiento”. Alguien más se añadió a la conversación: “Lo contrario – la narcolepsia- también es sorprendente. Tengo un amigo que en el momento menos imaginado se queda planchado de repente. Es muy peligroso, sobre todo ante posibles accidentes”. Entonces expresé con actitud de plenamente convencido:“Algún día seguro que los narcolépticos tendrán un chip registrando señales cerebrales o monitoreando sustancias químicas en la sangre que les avisarán instantes antes de sufrir un ataque. De hecho, lo mismo ocurrirá con enfermos del corazón, o epilépticos, o incluso personas sanas. Llevaremos dispositivos insertados en nuestro cuerpo controlando constantemente nuestro estado de salud e interpretando la información a tiempo real…”. Y es que la lectura que me acompañó este fin de semana fue la elucubración futurista “Esto lo cambiará todo”; una recopilación de respuestas que el portal edge.org acumula tras preguntar a más de un centenar de algunos de los científicos y pensadores más influyentes de la actualidad. Si os pidieran ¿qué idea científica o desarrollo tecnológico será la más transformadora que esperas poder llegar a observar?... ¿qué responderías? La pregunta es –expresamente- muy abierta. Compartamos visiones futuristas en los comentarios. Yo de momento, resumo algunas de las que plasma el libro. Manipular la vida Si empezamos por las más inmediatas, vemos un grupo de científicos que apuesta por la biología y la reciente explosión en la capacidad de leer, manipular y diseñar genes. Craig Venter destaca por la creación de vida artificial y la capacidad de diseñar microorganismos con las funciones específicas que hayamos programado. Tanto a nivel conceptual como práctico, que nuestra especie pueda escribir el software de la vida va a ser una de las revoluciones más impactantes de las próximas décadas. Steven Pinker, por su parte, opina que el fin de ciertas enfermedades genéticas gracias a la selección de embriones y la genómica personalizada en que medicina, tratamientos farmacológicos y prevención se adaptarán específicamente al perfil genético de cada individuo, van a ser uno de los primeros grandes cambios que se avecinan. Más polémico, Richard Dawkins cree que romper la barrera entre especies (por ejemplo con una posible quimera entre un embrión humano y el de un chimpancé), demostraría que no hay nada “esencialmente humano” en nuestras células. El cada vez más provocador Dawkins escribe que “en la mente de muchas personas confundidas, un zigoto humano que no tiene nervios ni puede sufrir, es sagrado simplemente por ser “humano”. Ninguna otra célula disfruta de este estatus”. En línea parecida, Marc Hauser apuesta también por las consecuencias inimaginables que pueden resultar de ir intercambiando genes entre especies. No todo el mundo está tan de acuerdo con este carácter revolucionario de la ingeniería genética, y Randolph Nesse argumenta que justamente uno de los grandes cambios en biología será asumir que el cuerpo no es una máquina, y su funcionamiento tiene un grado de complejidad tal que disipará las expectativas de dominarlo, e incluso de comprenderlo en detalle. Cambio climático y nuevas fuentes de energía El peak oil y el fin del petróleo barato se aproximan. Este será sin duda uno de los eventos más impactantes de las próximas décadas… o no. Dependerá si hemos tenido tiempo de encontrar una fuente de energía que lo sustituya. Aquí, las apuestas son diversas. Ian McEwan confía plenamente en la energía solar. Roger Highfield asegura que dominar la fusión nuclear tendrá más impacto que la llegada del hombre a la luna. Y Alun Anderson pronostica microorganismos diseñados artificialmente produciendo de manera fácil y barata una nueva generación de biocombustibles que sustituirán al petróleo. En definitiva, el cambio conceptual sería la diferencia entre recolectar energía versus producirla. Y eso, puede cambiar el mundo. Respecto al cambio climático, hay quien opina que las consecuencias de no actuar para frenarlo pueden ser devastadoras, y otros creen que el gran salto será ser capaces de dominar el clima a voluntad. Vida extraterrestre Claramente será la noticia del siglo. Muchos son los que anticipan una revolución cuando descubramos un planeta con vida fuera de la Tierra. Para Douglas Rushkoff y George Dyson lo verdaderamente excepcional sería encontrar vida inteligente en algún rincón cercano del Universo. De la misma manera, Paul Davies considera que responder “No” a la pregunta ¿estamos solos en el Universo? supondrá el mayor cambio que podemos esperar. La propia expansión de los humanos por el espacio es, para algunos como David Dalrymple, algo que transformará a nuestra especie. El Control del cerebro Quizás el área que más respuestas aglutina sea todo lo referente a la neurociencia, la inteligencia artificial, y la fusión del cerebro con la máquina. Frank Tipler apuesta por la singularidad (el momento en que una inteligencia artificial supere a la humana), y David Eagleman visiona la posibilidad de plasmar actividad cerebral en ordenadores hasta el punto de ser capaces de guardar la consciencia, y acercarnos a la inmortalidad. Sin ir tan lejos, Freeman Dyson considera que descodificar señales neuronales puede hacer real la radiotelepatía. Leer la mente, aumentar la inteligencia, o guardar memorias son algunas de las consecuencias de descodificar el funcionamiento del cerebro. Hay muchos más: James Geary habla de un hipotético futuro en que a un robot se le otorgue el status de ser vivo. Daniel Everett asegura que los sistemas de traducción automática que permitirán comunicar a todo el mundo se acercan. Gregory Benford cree que la primera persona que alcanzará los 150 años podría estar leyendo estas líneas. Lawrence Krauss advierte de un devastador posible uso de armamento nuclear. Seth Lloyd menciona su investigación en computación cuántica diciéndonos que no la esperemos en menos de 40 años. Otro físico como Frank Wilczek cree que ser plenamente capaces de sacar partido de las propiedades del mundo cuántico va a cambiarlo todo. Brian Eno teme que el sentimiento de que todo puede ir a peor tenga consecuencias dramáticas en nuestra sociedad. Austin Dacey ve en la capacidad de crear carne sin necesidad de sacrificar animales un gran impacto en el planeta. Y en la última aportación, Nicholas Humphrey observa a los romanos de hace 2000 años y reflexiona sobre un par de puntos: lo poco que habrían acertado en sus predicciones si les hubieran hecho la misma pregunta, y lo parecidas que son sus vidas con las nuestras en los aspectos más básicos de la naturaleza humana. Yo, sin terminar el libro pero observando el comportamiento de los Homo sapiens desde un banco de una plaza de una ciudad cualquiera, también me/os pregunto ¿Qué será aquello que lo cambiará todo?

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